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¿Por qué hay que cambiar el aceite ATF en las transmisiones automáticas?

1. Introducción (teoría versus realidad)

Teoría versus realidad

 

Muchos propietarios de vehículos equipados con transmisiones automáticas son reacios y dudan a la hora de cambiar el aceite de la caja de cambios. Las opiniones son, en general, divergentes. Por otra parte, los fabricantes de automóviles no facilitan la periodicidad requerida para el cambio de aceite de estas transmisiones durante las revisiones habituales. Sin embargo, hay que prestar atención al hecho de que estos fabricantes no prohíben ni desaconsejan su cambio, sino que simplemente no lo prevén durante el procedimiento de servicio estándar. Por su diseño, la transmisión automática debe mantener la eficiencia de marcha y permitir un correcto funcionamiento durante el periodo de garantía del vehículo. Para alargar la vida útil del equipo mucho más allá del período de garantía, debe prestarse especial atención al mantenimiento de la misma. La experiencia muestra claramente que las cajas de cambios automáticas, sin mantenimiento, muestran los primeros signos de desgaste a distancias ligeramente superiores a los 200.000 km. Estos signos pueden involucrar rotura o calado de marchas, que implican una revisión completa de la caja. Normalmente, un cambio de aceite por sí solo no suele ser capaz de devolver a la caja de cambios un funcionamiento adecuado. Para tratar sin ambigüedades los mitos sobre este tema, hay que empezar por la base y presentar los aceites utilizados en función del principio de funcionamiento de las transmisiones automáticas.

2. La función de los lubricantes de transmisión en los sistemas de transmisión automática individuales
El aceite utilizado en las transmisiones automáticas es una mezcla muy compleja, y el término ATF (por sus siglas en inglés) se utiliza a menudo como sinónimo para referirse a este lubricante. Además del aceite base, el fluido tiene muchos aditivos que cumplen funciones específicas, como inhibidores de la corrosión y oxidación, depresores del punto de fluidez, modificadores de la fricción, mejoradores del índice de viscosidad, detergentes, dispersantes, antiespumantes, y antidesgaste.
2.1. Convertidor de par
El convertidor de par es el primer componente de la transmisión automática en el que se ponen a prueba las propiedades del lubricante (Fig. 1). Es el elemento encargado de transmitir el par del cigüeñal al eje de la caja de cambios. Durante la conducción, especialmente al acelerar, el líquido de transmisión es el medio que asegura la transmisión del par del motor a la caja de cambios. Aquí no hay ninguna conexión mecánica directa, como es el caso de un embrague clásico en una transmisión manual. Es el aceite puesto en movimiento por las paletas de la bomba (Fig. 1 - B) el que pone en movimiento la turbina (Fig. 1 - A) junto con el eje de entrada de la caja de cambios. En este proceso, la viscosidad del aceite y el índice de fricción adecuados, sus propiedades antiespumantes, la resistencia a la temperatura y a la compresión son extremadamente importantes. Además, hay un embrague de fricción en el convertidor (Fig. 1 - C). Se activa en condiciones de funcionamiento concretas para aumentar la eficiencia del convertidor, reduciendo así el consumo de combustible. Cuando el embrague entra en operación la temperatura aumenta en algunos puntos, lo que provoca la degradación del aceite. Las propiedades lubricantes también son muy importantes para que el revestimiento de fricción no se deteriore. Unos componentes muy importantes del aceite son los dispersantes y detergentes cuya tarea es, entre otras, disolver las partículas de hollín y evitar su aglomeración durante la fricción entre los discos de fricción.
Fig. 1. Elementos del convertidor: A - Turbina, B - Bomba, C - Embrague, D - Estáto
El convertidor también dispone de un estátor (Fig. 1 - D) con un cojinete unidireccional. Las propiedades de transferencia de calor, el coeficiente de fricción adecuado y la lubricidad son cruciales para su correcto funcionamiento. Es común la falla del convertidor en ausencia de mantenimiento, propiciando una aceleración del vehículo muy lenta.
2.2 Embrague y freno. influencia del incremento de contaminantes en la operación del módulo hidráulico
Los elementos que afectan significativamente a la degradación y contaminación del aceite son los embragues multidisco y los frenos (Fig. 2). Cuando los discos de fricción están acoplados, la temperatura del aceite aumenta puntualmente de forma extrema (hasta aproximadamente 400 ° C) y se produce su carbonización. Esto provoca un rápido desgaste de los aditivos necesarios para el buen funcionamiento de los mecanismos de la caja de cambios y su protección contra el desgaste excesivo. Si los dispersantes y detergentes se desgastan no evitan la aglomeración de hollín y partículas de polvo desprendidas de los discos, que acaban penetrando en el módulo mecatrónico.
Juego de discos de fricción y separadores de embrague
Juego de discos de fricción y separadores de embrague
Los residuos resultantes obstruyen los canales y filtros internos del módulo hidráulico. Además, bloquean el movimiento de los pistones del módulo y de las electroválvulas (Fig. 3), lo que provoca sacudidas al cambiar de marcha. En caso de un uso prolongado del vehículo, la suciedad y los residuos acumulados provocan el desgaste de los conductos y los pistones, que acaban perdiendo su estanqueidad. 
Pistón del módulo de control hidráulico
Pistón del módulo de control hidráulico
2.3 Engranajes planetarios
Otro elemento clave de cualquier transmisión automática es el engranaje planetario (Fig. 4). El líquido de transmisión debe tener las propiedades adecuadas para evitar el desgaste de los engranajes, ya que un roce de estos provoca un juego excesivo entre los dientes. Un juego excesivo se manifiesta en primer lugar en un funcionamiento más ruidoso de la transmisión. Para que este sistema planetario cumpla su función, sus satélites deben poder girar correctamente alrededor de su eje. Si tras un largo período sin sustituir el aceite se gastan los modificadores de fricción y el propio aceite se oxida, los cojinetes de los satélites se desgastan rápidamente. Además, existen componentes fabricados en aluminio, que es muy susceptible a la abrasión. El juego axial de los cojinetes causado por la abrasión de los asientos es muy peligroso, y a menudo provoca averías muy graves. El engranaje planetario es una pieza compacta; si el satélite se atasca será empujado fuera del conjunto, destruyendo éste y los elementos cercanos. 
Engranaje planetario de la caja de cambios automática
Engranaje planetario de la caja de cambios automática
2.4 Sellos
Por otra parte, las juntas de goma dañadas en las cajas de cambios suelen ser responsables de algunas averías en las transmisiones automáticas. Su protección y mantenimiento son cruciales para un funcionamiento duradero y fiable de la caja. Los embragues y los frenos mencionados anteriormente son accionados por pistones, que tienen juntas de goma (Fig. 6). Si no se cambia el aceite, los aditivos que protegen y ablandan las juntas de goma pierden sus propiedades, lo que provoca el endurecimiento y el agrietamiento las mismas. En esta situación, el controlador electrohidráulico no puede acumular suficiente presión en un plazo de tiempo suficientemente corto, lo que provoca un acoplamiento incorrecto del embrague o freno. Esto hace que la caja de cambios dé tirones y, con las elevadas pérdidas de presión, se ponga en marcha el modo de funcionamiento de emergencia. Los retenes del eje también están expuestos a un mayor desgaste. Su destrucción provoca fugas y pérdidas de aceite. El aceite que destaca en el contexto de la compatibilidad con las juntas es el Castrol Transmax ATF DEXRON®-VI MERCON® LV Multivehicle, que no sólo está dedicado a las aplicaciones que requieren Dexron VI, sino también a las normas anteriores, empezando por Dexron II C, D, E y terminando con Dexron III G y H. Además, muchos tipos de transmisiones automáticas tienen varios circuitos de aceite diferentes. Junto con el embrague, frenos y engranajes planetarios, llevan integrados diferenciales que se lubrican con otros aceites específicos. Los daños en las juntas de doble cara (Fig. 5) entre las cámaras de aceite provocan la mezcla de estos lubricantes con el fluido ATF. Un exceso de aceite de transmisión inadecuado en la sección automática de la caja provoca un desgaste muy acelerado de los discos de fricción, lo que da lugar a sacudidas al cambiar de marcha.
Sello del eje de salida de doble cara
Pistón con junta
Sello del eje de salida de doble cara     
Pistón con junta 

3. Del cambio de lubricante de engranajes en la vida útil de una transmisión automática

Otra cosa a la que hay que prestar atención: al cambiar el aceite, se eliminan las partículas de desgaste disueltas y otras impurezas, que tienen un impacto negativo en el funcionamiento de la caja de cambios. Todas las partículas sólidas y contaminantes en el aceite intensifican la degradación de los mecanismos y el deterioro de los elementos de la transmisión como engranajes, rodamientos, ejes, juntas y módulos hidráulicos. El cambio de aceite es crucial y garantiza el funcionamiento correcto de la caja de cambios durante un periodo de tiempo que va mucho más allá de la garantía habitual del vehículo. Esto es especialmente importante en las transmisiones CVT, donde la experiencia demuestra que el cambio regular de aceite puede duplicar la vida útil del equipo. Para elegir el aceite adecuado, puede utilizarse la herramienta de recomendación de productos en https://www.castrol.com/es_es/.

 

En resumen: la clave para un funcionamiento duradero y correcto de una caja de cambios automática es el mantenimiento habitual y el cambio de aceite ATF. Tomar la decisión correcta, sin embargo, está siempre en manos del usuario y propietario del vehículo.