Por décadas, los productos Castrol han lubricado automóviles y motores. Un hecho menos conocido es que también han engrasado los mecanismos de los proyectos espaciales de la NASA desde 1960. En su búsqueda de explorar el sistema solar, la NASA ha recurrido a la gama Castrol Braycote para su uso en las misiones Apollo, el telescopio espacial de Hubble, la Estación Espacial Internacional, exploradores anteriores a Marte, como Curiosity que llegó en 2012, y la mayoría de trajes espaciales de astronauta.
Ahora, la NASA confía en que Castrol apoye su última misión al planeta rojo. El módulo InSight a Marte despegó desde California el 5 de mayo y comenzó su trayecto de 301 millones de millas (o 485 millones de kilómetros) hacia su emplazamiento de aterrizaje sobre una llanura no descripta de lava en el ecuador marciano, llamada Elysium Planitia. Los productos de Castrol mantienen a los instrumentos científicos en movimiento como deberían en un entorno donde cualquier falla técnica puede significar la misión abortada.
La Misión Insight está enviando un explorador robótico a Marte para investigar el “espacio interior” del planeta: su corteza, el manto y el núcleo. Al estudiar la estructura y la geología interior, la NASA busca respuestas a preguntas clave sobre la formación de planetas rocosos en nuestro sistema solar interior, hace más de cuatro mil millones de años.
La tecnología avanzada del explorador permitirá a la NASA investigar qué sucede bajo la superficie. Buscarán “huellas” de los procesos que formaron los llamados planetas terrestres: Mercurio, Venus, Tierra y Marte.
La maquinaria de alta tecnología de este módulo está midiendo el tamaño, la estructura y la temperatura del interior de Marte. Además, mide la actividad tectónica de Marte en la actualidad. El módulo está calibrando la potencia y frecuencia de actividad sísmica interna, llamada “Martemotocicletas”, y la frecuencia con la que los meteoritos afectan la superficie del planeta.
La gravedad más débil, la temperatura extrema y la incapacidad para que los humanos “vayan a reparar” un componente defectuoso hacen que Marte sea un entorno cuando menos hostil para un lubricante. Cada producto Castrol tiene que adaptarse a la aplicación, el medio ambiente y la duración de la tarea en cuestión. Asimismo, para las misiones de la NASA, los productos Castrol tienen que ser especialmente rigurosos.
Keith Campbell, jefe de desarrollo de negocio de Castrol, sabe un par de cosas sobre los retos que plantea el espacio para los fabricantes de lubricantes, porque ha trabajado con la NASA en algunas de sus misiones. “No es que puedes tomar el equipo y realizar tareas de mantenimiento”, explica Campbell, “por lo que la NASA quiere usar un lubricante que ellos sepan que va a funcionar”.
Cuando las piezas metálicas se rozan entre sí, generan desgaste, y esto puede provocar que los componentes se degraden y, al final, dejen de funcionar juntos. La inestabilidad de Marte significa que la durabilidad es clave cuando se trata de seleccionar un lubricante para una misión.
Las oscilaciones de temperatura descontroladas en Marte también plantean complicaciones; los lubricantes de Castrol deben operar en condiciones extremas. En lo sucesivo, los lubricantes deben limitar la “desgasificación” (o la generación de vapores) a medida que cambian las temperaturas. Los vapores pueden generar la pérdida de todo el aceite en el lubricante, lo cual reduce el rendimiento y la formación de condensación en superficies cercanas, lo que, a su vez, trae como resultado la posible contaminación de instrumentos sensibles o del entorno circundante.
Campbell compara el proceso “desgasificación” con estar “un poco como una lata de pintura secándose si la tapa no se cierra correctamente. Lo mismo puede ocurrir en el espacio, ya que es un vacío”. Si se produce desgasificación en el espacio, los lubricantes pueden secarse y no realizar su trabajo de manera eficiente.
“Definimos un buen lubricante en el espacio por su capacidad para trabajar a temperaturas muy, muy frías, su capacidad para funcionar también en condiciones más cálidas y para producir gases de corte mínimos a temperaturas más cálidas”, explica Campbell.
Sin embargo, los desafíos que plantea operar en el espacio no se detienen en la gestión de la temperatura. Los lubricantes deben no ser reactivos cuando entran en contacto con propulsores, gases y otros productos químicos del cohete, según Campbell. Estos lubricantes no pueden degradarse en absoluto cuando se enfrentan a los elementos adversos del espacio.
“Con nuestros productos, tenemos la mejor combinación de rendimiento a baja temperatura y baja liberación de gases”, explica Campbell. “Eso nos proporciona una ventaja competitiva”.
El módulo Mars InSight está equipado con tecnología de vanguardia para llevar a cabo sus investigaciones. El módulo está lleno de dispositivos con componentes móviles, incluidos cojinetes, sistemas deslizantes lineales y engranajes. Los productos Castrol mantienen estos componentes operando en el entorno hostil de Marte.
Sismómetro de Insight, SEIS (o Seismic Experiment for Interior Structure, experimento sísmico para estructura interior), es un instrumento en forma de seta que se asienta en la superficie del planeta. Está diseñado para tomar el “pulso” de Marte y medir las vibraciones sísmicas, desde los martemotocicletas hasta los meteoritos. El objetivo es ganar percepción de lo que sucede bajo la superficie. SEIS también está equipado con sensores para medir el viento, la presión, la temperatura y los campos magnéticos. La NASA espera utilizar las mediciones de SEIS para aprender sobre el material que formó los planetas rocosos del sistema solar por primera vez. SEIS incluso podría descubrir si hay agua líquida allí.
La sonda de flujo térmico y propiedades físicas, o HP3, es un “lunar” que hará un túnel de hasta cinco metros (16 pies) por debajo de la superficie. Se va a enterrar más profundamente en Marte que en cualquier otro dispositivo anterior para medir el calor proveniente del centro del planeta y la cantidad de calor que fluye hacia sus capas externas. Las medidas ayudarán a la NASA a determinar si Marte se formó a partir del mismo material que la Tierra y la Luna, y podría conducir a información sobre cómo se formó el planeta.
El módulo no tiene una tripulación para empujar su equipo hacia la superficie de Marte. Por lo tanto, InSight utilizará su brazo de implementación de instrumentos para descargar el SEIS y el lunar. A 2,4 metros (7,8 pies), el brazo tiene cuatro motores para articular las juntas en el hombro, el codo y la muñeca. Una cámara montada en el brazo ayudará a los científicos de la NASA a ver lo que están haciendo. El brazo también se suministra con una capa con cinco dedos mecánicos para sujetar cada pieza de los componentes.